La visita al Taj Mahal fue, sin duda, la más esperada. Visitamos el lugar al atardecer, el mejor momento según se nos dijo. Como en varios sitios históricos, los micros deben estacionar a distancia. Hay diferentes vehículos para acercarse:
Este fue el nuestro:
Como siempre, tuvimos que ser pacientes con otros ocupantes del camino.
Finalmente llegamos. Encontramos las habituales filas de seguridad. En este caso, tres: una de hombres y dos de mujeres: locales por un lado y turistas por el otro.
Lo primero que vimos fue el pórtico de entrada, la darwaza. A esta altura, el estilo nos resultaba familiar.... Originalmente, había dos portones de plata para cerrar el pórtico pero fueron desmontados y fundidos por los jats a la caída del imperio mogol.
¡Pero que emoción indescriptible al atravesarlo y ver el Taj Mahal en vivo y en directo por primera vez! ¡Qué lugar! Había tantísima gente pero el predio es enorme. Y bellísimo, todo. Aquí, la primera foto que tomé cuando me recuperé un poco:
Tagore llamó al Taj Mahal una lágrima de mármol. Y me gustó mucho la imagen. Es un símbolo de amor. El quinto emperador mogol, Shah Jahan estaba desconsolado al perder a su amada Mumtaz Mahal y construyó semejante mausoleo en su memoria. Como musulmán que era, tenía muchas otras esposas pero Mumtaz era única. Nos contaron que la conoció en una feria benéfica cuando ella tenía catorce años y se enamoró inmediatamente. Fue más que una esposa, era su compañera constante, su confidente. En los dieciocho años de matrimonio, tuvieron catorce hijos y Mumtaz murió al dar a luz su hija número catorce mientras acompañaba a Shah Jahan en una campaña militar en el Deccan.
Mumtaz Mahal |
Se cuenta que Shah Jahan planeaba construir su mausoleo del otro lado del río totalmente negro y unido con el Taj Mahal por un puente. Sea leyenda o verdad, el hecho es que no se llevó a cabo ya que su hijo lo depuso y encerró en un ala del Fuerte Rojo. A su muerte lo enterró junto a Mumtaz. Su cenotafio es el único quiebre en la simetría.
El jawab |
Foto de Wikipedia |
Los detalles de decoración son exquisitos.
Al salir del mausoleo, paseo extasiada por los jardines. Me voy sentando en distintos lugares para apreciar cómo, a medida que cae el sol, el edificio va pasando del blanco al rosa, tan pero tan bello.
Como no saqué fotos de los jardines, subo una foto encontrada en anchaesmicasa.wordpress.com. Se aprecia el reflejo del mausoleo en el agua.
Me despido del Taj Mahal, agradecida a la vida por haberme traído hasta aquí.