martes, 27 de marzo de 2012

Cremación, el quinto elemento.


Quizás por estar más cerca del arpa que de la guitarra y por haber optado yo misma por la cremación, estaba interesada en tener la experiencia de visitar los ghats o plataformas donde se hace a la luz del día. Lo habíamos visto en India, en el Ganges pero desde lejos y de noche. 

En efecto, este momento final, como tantos otros de la vida nepalí, se realiza a la vista de todos en el espacio público. Viniendo de una cultura donde la muerte es tabú, un tema del que no se habla, me sorprendió la naturalidad con la que se toma este momento. Asisten a la cremación, los vecinos, los amigos, los compañeros de trabajo. No se creman ni los cuerpos de los niños ni los de los santos.


Los ghats están junto al Bagmati, el río sagrado. Tuve el privilegio de estar yo sola con Sanjay, el guía, ya que el resto del grupo había hecho otras elecciones para ese día y mi acompañante, Marlys, prefirió hacer fotos. Pude preguntar todo lo que quise. El me fue contestando con gran profundidad, fue una charla hermosa que me dió una gran tranquilidad de espíritu. Aquí va lo que comprendí y recuerdo de creencias y ritos funerarios en Nepal.

El cuerpo es el templo del alma. Está constituído por cinco elementos naturales básicos: el fuego, el agua, el aire, la tierra y el espacio o éter (cuerpo etéreo). Cuando una persona muere, cesa el fuego. Con la cremación se completa el quinto elemento. La ceremonia de cremación no es meramente una forma de deshacerse del cadáver sino el momento de unión del alma (Atma) con el espíritu universal (Paramatma).  El espíritu tiene un vínculo con su vehículo terrestre (el cuerpo). Al cremarlo (en lugar de enterrarlo) se ayuda al espíritu recién desencarnado a desapegarse del que fue su cuerpo y lo anima a seguir su camino al otro mundo.

El hijo mayor enciende el fuego. Cuando éste se extingue, el hijo se baña, se afeita la cabeza y como única vestimenta una túnica blanca. Comienza su período de duelo. Durante trece días se ubica solo en un lugar de la casa. Nadie tiene contacto con él. Se cocina y come arroz una vez por día y sigue un ritual religioso que incluye baños con agua fría. Cuando finaliza este período se da una fiesta para la familia, vecinos y amigos, en especial quienes fueron a la cremación. Se hacen otras ceremonias a los 45 días y cada mes. Al cumplirse un año de la muerte se cierra el duelo si bien se hacen ceremonias todos los años. La familia dona todos los objetos  del difunto al sacerdote.

Con el palo, el profesional a cargo de la ceremonia.

No se usan cajones, salvo para aquellos que mueren en otro lugar y deben ser trasladados.

El hijo mayor ya se bañó y se afeitó la cabeza (a la vista de todos). Ahora se retira acompañado por los suyos. Es el de blanco, de adelante de todo.


Privilegios a la hora de la cremación. Esta plataforma está justo debajo del templo. Sólo los miembros de la realeza pueden ser cremados aquí.

A la espera de realizar alguna ceremonia...

Profunda e interesante visita. Más que una visita fue un curso completo. 

Templo de Pashupatinath, Patrimonio de la Humanidad 7.

  


Lo visitamos un lunes, día dedicado a Shiva. Había mucho movimiento de peregrinos.




El templo de Pashupatinah, el más antiguo y sagrado de Nepal, está situado a orillas del río Bagmati, tan sagrado para los nepalíes como el Ganges para los indios. En este lugar se encuentran también los ghats de cremación. Tal vez por este motivo, casi todo el grupo desistió de hacer esta visita. Quedamos solamente Marlys y yo. Ella más interesada en hacer fotos y yo en charlar con nuestro guía, Sanjay. Un privilegio. Me explicó todo lo que le pregunté y me contó costumbres y creencias en bastante detalle. Va lo que recuerdo.

¡Nos recibe un devoto de Hanuman, el dios mono!

Pashupatinah es un avatar de Shiva, la deidad nacional de Nepal. Significa el Señor de los animales. Entre las leyendas sobre el origen del templo, prevalece la que indica que en un momento Shiva se cansó de vivir donde estaba y buscó otro lugar. Tomó forma de ciervo y vivió un tiempo en ese lugar hasta que los otros dioses descubrieron su escondite. Lo agarraron de los cuernos para obligarlo a volver a ser dios. El cuerno se rompió y fue adorado como lingam (falo sagrado). Con el tiempo se enterró y fue olvidado. Años más tarde, un granjero descubrió asombrado que una de sus vacas estaba regando el suelo con leche. Cavó y cavó hasta que encontró el sagrado lingam.

 
Frente al templo (donde debemos quedarnos los no hindúes) hay varios pequeños santuarios en su honor. Adentro una imagen del lingam. A un lado, aparece sentado Nandi, el toro sagrado. Nandi es vehículo de Shiva y se ve su imagen en varios lugares de Nepal y la India. Las mujeres llevan flores y tocan la imagen de Nandi haciendo oraciones para la fertilidad.



El lingam, falo sagrado. Santuario dedicado a Shiva.

Nandi, el toro sagrado.
Junto al templo, un hospital. Es auspicioso morir en este lugar (como en Varanasi en la India). Cuando una persona está muy enferma, viene a este hospital. Algunos se curan y deben marcharse.  A los que van a morir, cuando están agonizando se los coloca sobre un tablón junto al río.



Lo blanco es leche, ofrenda relacionada con la leyenda del lugar.

Como es un lugar sagrado, hay varios sadhus que meditan y oran frente al templo. Un sadhu es un asceta que sigue el camino de la austeridad para obtener la iluminación. Es la cuarta fase en la religión hindú, después de estudiar, ser padre y ser peregrino. En esta etapa, la final de la vida, el sadhu renuncia a todos los vínculos que lo unen a lo terrenal y material y busca los verdaderos valores de la vida. Muchos imitan la vida mitológica de Shiva. Llevan un tridente simbólico y se pintan tres rayas de ceniza en la frente para representar las tres impurezas que el asceta busca destruir (egoísmo, acción con deseo, y maya o velo de ilusión).





En esos pequeños santuarios, la gente también hace oraciones y ofrendas. Caminan a su alrededor en el sentido de las agujas del reloj. 





Hay también un parque con cantidad de monos y algunos ciervos y hasta un bar.









lunes, 19 de marzo de 2012

De Changu Narayan (Patrimonio de la Humanidad 6) a Nagarkot


Uno de los dos templos hinduistas que son Patrimonio de la Humanidad en el valle es el de Changu Narayan. Narayan es otro nombre de Vishnu, el preservador en la trinidad hinduista. Al llegar nos recibe el cartel:

Enfrente, la canilla donde los que viven en la zona se bañan, lavan los platos y la ropa. Acceder a un baño en este lugar fue una aventura interesante. Me guardo los detalles que se pueden imaginar.


Subimos por unas callecitas muy lindas, con las infaltables tiendas. Algunos chicos nos saludaban desde la ventana.




El templo está arriba. Es uno de los cuatro dedicados a Vishnu en el valle de Katmandú. Es del siglo XIV. Al entrar, me impactó una estatua y con ella me quedé. La gente venía, la rodeaba y le dejaba florcitas. Es la imagen de Vishnu descansando en el océano cósmico sobre Ananta Sesa,  la gran serpiente de mil cabezas. Me transmitió una gran serenidad.



Semanas más tarde Karin, que regresó a Katmandú, publica otra imagen de un tamaño mucho mayor en otro templo de Vishnu que no visitamos (Budhanilkantha). ¿No es maravillosa? Aquí vengo a enterarme de que la cubren con un paño para pasar la noche. Y también de que en ese lugar no se me hubiera permitido tocar la imagen por no ser hinduista. Va la imagen que subió Karin. Para mí, alucinante.


Del resto del templo, poco para contar. Seguía enganchada con esa imagen. Ví que había varias imágenes de distintos avatares de Vishnu con sus símbolos. Hasta me pasé por alto a Garuda y no le saqué foto!! Va de Internet.


Al salir, hicimos un mini trekking hacia Nagarkot pasando por campos de mostaza, casas de los aldeanos, sus animales, un paisaje magnífico. Todo amenizado con la charla siempre interesantísima con Rebeca.



Junto a los cabritos, la biblioteca del lugar.
 
Campos aterrazados, hermosa vista.

Foto sacada por Marlys.
Hacia la mitad del camino, vimos en lo alto un grupo filmando algo y hacia allí nos dirigimos.Parte del grupo estaba en un costado admirando la belleza de los Himalayas. Estuvimos un momento y fuimos a ver la filmación de un video clip. Muy divertido.





La caminata nos deparó una sorpresa más. Escuchamos voces y algunos gritos y al asomarnos vimos algunos soldados con la cara pintada y ramas en la cabeza. Jaja, casi interrumpimos un ejercicio militar. Recién me animé a fotografiarlos cuando estaban bajando!


Después nos esperaba el autobús para la parte más montañosa del camino hasta Nagarkot donde almorzamos. Hermoso lugar pero estaba muy nublado y no pudimos ver los Himalayas desde allí.
Los más jóvenes siempre conectándose a Internet.