La parte más alta de Dharamsala se llama Mc Leod Ganj. Creo que ya comenté que se la llama la pequeña Lhasa por la cantidad de tibetanos refugiados allí. Me causó curiosidad el nombre y pude investigar que David Mc Leod fue un gobernador del Punjab (provincia a la que pertenecía este lugar) durante el período británico en India. En ese momento, este lugar era una estación de montaña a la que los británicos venían a pasar el verano.
Muchos negocios y puestos de venta de artesanías en las calles. También librerías y venta de imágenes y objetos budistas. Hay que tener buenas piernas y pulmones. Las subidas son importantes. El concepto de vereda es inexistente (en la mayor parte de los lugares que visitamos, en realidad). De manera que por las angostísimas calles van autos en una y otra dirección y los peatones como pueden. Las velocidades son muy bajas afortunadamente!
Algunas imágenes
Tomamos un café en un lugar llamado MANDALA. El muchacho que atendía logró interpretar a la perfección nuestro insólito pedido - un tostado de queso! Casi veinte días con la comida regional, estábamos listas para el tostado! jaja. Mientras tomábamos nuestro café y tostado apareció una tibetana amorosa con su ruedita de oración budista y una sonrisa que le iluminaba la cara. Sacó un papelito de una bolsa que llevaba y lo desplegó. Ahí contaba cómo había escapado de Tibet sola, hace poco. Estaba sin dinero ni familiares. Hacía una pulseritas tejidas que ofrecía. Por supuesto se las compramos. Y la fotografiamos!
Muchos van con la ruedita de oración o la "mala" o rosario budista (que también lleva en la mano). Las rueditas contienen mantras - muchas tienen el om mani padme hum. En la parte de afuera de los templos también hay ruedas de oración que se hacen girar mientras se recita el mantra. Las bendiciones que llevan los mantras dentro de las ruedas irradian mérito, paz y bondad, Junto con la intención y concentración de los practicantes espirituales se consideran de enorme beneficio para la humanidad.
Desde MANDALA también pudimos ver maravillosos atardeceres
Bellísimo lugar, me encanta recordarlo mientras publico en este blog.
Muchos negocios y puestos de venta de artesanías en las calles. También librerías y venta de imágenes y objetos budistas. Hay que tener buenas piernas y pulmones. Las subidas son importantes. El concepto de vereda es inexistente (en la mayor parte de los lugares que visitamos, en realidad). De manera que por las angostísimas calles van autos en una y otra dirección y los peatones como pueden. Las velocidades son muy bajas afortunadamente!
Algunas imágenes
Tomamos un café en un lugar llamado MANDALA. El muchacho que atendía logró interpretar a la perfección nuestro insólito pedido - un tostado de queso! Casi veinte días con la comida regional, estábamos listas para el tostado! jaja. Mientras tomábamos nuestro café y tostado apareció una tibetana amorosa con su ruedita de oración budista y una sonrisa que le iluminaba la cara. Sacó un papelito de una bolsa que llevaba y lo desplegó. Ahí contaba cómo había escapado de Tibet sola, hace poco. Estaba sin dinero ni familiares. Hacía una pulseritas tejidas que ofrecía. Por supuesto se las compramos. Y la fotografiamos!
Muchos van con la ruedita de oración o la "mala" o rosario budista (que también lleva en la mano). Las rueditas contienen mantras - muchas tienen el om mani padme hum. En la parte de afuera de los templos también hay ruedas de oración que se hacen girar mientras se recita el mantra. Las bendiciones que llevan los mantras dentro de las ruedas irradian mérito, paz y bondad, Junto con la intención y concentración de los practicantes espirituales se consideran de enorme beneficio para la humanidad.
Desde MANDALA también pudimos ver maravillosos atardeceres
Bellísimo lugar, me encanta recordarlo mientras publico en este blog.
No hay comentarios:
Publicar un comentario